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FLUJO VAGINAL

Secreción vaginal sanguinolenta: ¿qué quieres saber?

Las mujeres que sufren de secreción vaginal sanguinolenta se sienten angustiadas y preocupadas, pues saben que, la mayoría de las veces, la presencia de sangre en los fluidos vaginales es anormal. Existen muchas causas potenciales para este suceso y por desgracia, a veces está vinculada a condiciones muy graves como el cáncer cervical o vaginal. Si el flujo con sangre no está relacionado al período, es necesario consultar a un médico de inmediato para ver qué puede estar causando tal síntoma.

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Hemos preparado una guía con buena información sobre este tema para que sepas cuándo la secreción sanguinolenta es normal o no.

Flujo vaginal sanguinolento después del período

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El caso más común de flujo vaginal con sangre es durante el último día de tu período. Este tipo de descarga suele aparecer de color marrón, con olor y una consistencia relativamente gruesa. Se produce porque la vagina expulsa los restos de sangre del período junto con el flujo normal. El exceso de tejido endometrial que no ha salido de tu cuerpo puede ser expulsado en forma de descarga marrón o sanguinolenta una vez que la menstruación se detiene. Sin embargo, esto no es una razón para preocuparse. Después del período, el flujo recuperará poco a poco el tono claro o blanco, de textura fina a gruesa y cremosa.

Flujo vaginal sanguinolento durante el embarazo

rosa sangreSangrado o manchado de implantación: se trata de una sangrado leve que se produce cuando el óvulo fertilizado se incrusta en la pared interna del útero, llamada endometrio. El manchado de implantación dura desde unos pocos minutos, algunas horas hasta incluso 1-2 días.

La implantación puede ocurrir durante la ovulación o inmediatamente después de ella. El día en que la mujer es más fértil suele ser en la mitad del ciclo menstrual. Si tu ciclo menstrual es, digamos, de 28 días, es probable que la ovulación suceda del día 12-14. El óvulo maduro necesita alrededor de 10 días para viajar a través de las trompas de Falopio hasta el útero. El proceso de fijación del óvulo al endometrio puede comenzar aproximadamente del día 23-28 de tu ciclo menstrual. Como resultado, es probable que el manchado de implantación se produzca un par de días antes de la fecha en que debe llegar el período. Es por eso que muchas mujeres confunden este sangrado con el inicio de su período normal.

Amenaza de aborto involuntario o aborto efectivo: Si experimentas una secreción con sangre durante el primer trimestre de embarazo, existe la probabilidad de que su embarazo esté en riesgo. Esta secreción, ya sea líquida y viscosa o gruesa, puede indicar una amenaza de aborto involuntario o un aborto real. El flujo sanguinolento provocado por un aborto involuntario suele contener coágulos que lucen como pequeños bultos. Otro síntoma que se produce junto con la descarga marrón son los calambres, que pueden ser bastante similares a los calambres del período. Dependiendo de cómo se produce, el aborto involuntario también puede causar otros síntomas como náuseas, fiebre y vómitos.

Ante la presencia de este flujo, una mujer embarazada debe acudir al médico de inmediato.

Tapón mucoso: El tapón mucoso es una acumulación de moco cervical que sella el cuello del útero durante el embarazo. Este tapón actúa como una barrera protectora, manteniendo a raya las bacterias y evitando que los patógenos lleguen al útero. Se compone de moco cervical y agentes antimicrobianos como las inmunoglobulinas.

Durante la última etapa del embarazo, el cuello del útero adelgaza y libera un poco de sangre que se mezcla con el tapón mucoso. A medida que se acerque el trabajo de parto, el cuello uterino comienza a dilatarse y el moco sale por la vagina. El tapón puede salir completo de una vez, en forma de una bola teñida de sangre, o gradualmente en forma de flujo vaginal sanguinolento. Ya que está compuesto por moco cervical, puede tener una consistencia elástica o pegajosa. La salida del tapón mucoso no implica necesariamente que ya comienza el trabajo de parto, pueden pasar horas, días o incluso semanas hasta que nazca el bebé.

Secreción posparto o loquios: El sangrado después del parto es completamente normal y ocurre cuando la placenta se separa del útero. Esta descarga, también conocida como loquios, se compone de sangre, bacterias y el tejido desprendido de la pared uterina. Durante los primeros días después del nacimiento, los loquios contienen gran cantidad de sangre, que por lo general luce como el período normal. Este sangrado puede venir en pequeños chorros o fluir de manera más uniforme, similar a la menstruación.

Después de 2 o 4 días, los loquios habrán tomado un color rosado y una consistencia más delgada debido a que la cantidad de sangre expulsada por la vagina disminuye. Unos diez días después del nacimiento, los loquios serán de color blanco o amarillento. El uso de toallas higiénicas puede ayudar a evitar las manchas en la ropa. Si experimentas loquios abundantes durante más de diez días, comunícate con el médico.

Flujo vaginal sanguinolento después del acto sexual (sangrado postcoital)

El sangrado postcoital es el sangrado no menstrual que se produce inmediatamente después de una relación sexual. La mayoría de las veces, es una secreción mucosa particularmente viscosa y delgada, con un ligero olor muy similar al olor del período. Curiosamente, casi el 50% de las mujeres que experimentan el sangrado postcoital no tienen causas específicas. Las causas más comunes incluyen una posible infección, el cáncer de cuello uterino, la erosión cervical, el cáncer vaginal, cervical o los pólipos endometriales. Si experimentas un sangrado o flujo amarronado después del sexo, asegúrate de consultarlo con el médico para investigar la causa.

Flujo vaginal sanguinolento entre períodos

El sangrado intermenstrual es un sangrado vaginal ligero que se produce en cualquier momento durante el ciclo menstrual, no relacionado al período. Pequeñas cantidades de sangre pueden ser expulsadas ​​de la vagina junto con la secreción clara normal, lo que causa un aspecto sanguinolento. Muchas mujeres tienen dificultad para distinguir entre una hemorragia intermenstrual y los períodos irregulares, por lo que la mejor manera de saber si hay algo mal es acudir al médico y obtener una evaluación.

Las causas más comunes de este sangrado son la vaginitis, el cáncer de cuello de útero, la erosión cervical, la adenosis, los fibromas y pólipos endometriales.

Sangrado por uso de anticonceptivos orales: Si has comenzado recientemente a tomar cualquier medicamento de anticoncepción, es posible que notes una secreción vaginal sanguinolenta. Esto típicamente es el resultado de los anticonceptivos orales combinados. Muchas mujeres tienen dicha secreción durante varios años después de tomar las píldoras anticonceptivas.

Infecciones vaginales: La secreción vaginal con sangre también puede ser el resultado de una infección vaginal. Esto es común en caso de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea y la tricomoniasis. Es muy poco probable que suceda por una infección por hongos o vaginosis bacteriana. Otros síntomas que pueden acompañar esta secreción anormal son la picazón vaginal y vulvar, hinchazón y enrojecimiento, ardor al orinar, dolor durante el coito y dolor abdominal bajo.

Las mejores prácticas para abordar el flujo vaginal sanguinolento

Hemos anotado varios consejos importantes que debes tener en cuenta para aliviar tu situación y evitar complicaciones.

1. No asumas que todo está bien. Uno de los mayores errores que posiblemente puedes cometer cuando se presenta una secreción sanguinolenta es suponer que todo está bien y no tienes nada de qué preocuparte. Debido a la amplia gama de causas, siempre debes buscar asistencia médica inmediata, especialmente si se produce durante el primer trimestre del embarazo.

2. Evita tocarte los genitales con las manos. No hace falta mencionar que las manos ofrecen un ambiente próspero para las bacterias y otros gérmenes que pueden viajar al útero y causar infecciones. Al usar el inodoro, asegúrate de lavar siempre tus manos antes y después de orinar o defecar. Además, evita que cualquier otro objeto entre en contacto con el área genital.

3. Usa toallas sanitarias en lugar de tampones o protectores. Al igual que la menstruación, la secreción con sangre puede ser muy frustrante debido a las manchas en la ropa. Aunque pueden parecer la solución perfecta, ni los tampones ni los protectores diarios deben utilizarse con el propósito de absorber este flujo o prevenir las manchas. No son 100% saludables porque alteran el medio ambiente de la vagina y afectan su pH ácido, creando un caldo de cultivo para las bacterias y empeorando la situación. En su lugar, usa toallas sanitarias que tienen un pH neutro y no tendrán impacto en el pH vaginal.

4. Evita las relaciones sexuales. No importa la causa de tu flujo con sangre, lo mejor es evitar involucrarse en cualquier tipo de actividad sexual hasta que el problema se haya solucionado. Aunque la causa inmediata no sea una ETS, pero tu pareja tiene una enfermedad de transmisión sexual como la gonorrea, tricomoniasis o clamidia, el sangrado vaginal puede aumentar el riesgo de contraerla debido al contacto directo con la sangre.

5. Limpia tu zona vaginal de adelante hacia atrás. El paso de la materia fecal cerca o dentro de la vagina puede aumentar el riesgo de infección, porque permite que los patógenos entren en el torrente sanguíneo mucho más rápido. Es importante limpiarse correctamente, siempre de adelante hacia atrás, con el fin de evitar esto. Además asegúrate de utilizar papel higiénico o toallitas húmedas para bebés sin perfume. Si es posible, evita el uso de los baños públicos.

6. Cambia tu ropa interior frecuentemente. Si la cantidad de descarga es pequeña, esta solución puede ser mejor alternativa que usar toallas sanitarias. Es importante usar ropa interior de algodón para permitir la ventilación del entorno vaginal.  El algodón es un tejido muy transpirable que favorece la circulación del aire, por eso mantiene a raya a las infecciones. Recuerda que la ropa apretada siempre tiende a afectar el pH de la vagina.

7. Visita a tu ginecólogo frecuentemente. Las visitas frecuentes al ginecólogo pueden ayudar a diagnosticar cualquier problema existente o a prevenirlo. Allí puedes aprender sobre las mejores prácticas de higiene personal y estilos de vida que te garanticen una mejor salud vaginal y general.

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