Guía femenina sobre el moco cervical durante los días más fértiles del mes

¿Alguna vez has despertado en la mañana, has ido al baño y has notado de repente manchas blanquecinas o amarillentas en tu ropa interior?

Aunque tu vagina produce una pequeña cantidad de moco cervical a lo largo de todo el ciclo menstrual, esa cantidad aumenta considerablemente durante la ovulación. En dicha etapa uno de los ovarios libera un óvulo maduro, que está listo para ser fecundado por un espermatozoide viable.

Hasta ahí todo es normal, pero no todos los tipos de flujo que se presentan durante la ovulación son normales. Saber identificar los síntomas que pueden indicar que algo anda mal es fundamental para mantenerse saludable. La siguiente guía te servirá para reconocer qué tipo de flujo debes esperar cuándo vas a ovular, lo que es normal y lo que no.

1. Flujo vaginal claro y acuoso durante la ovulación

Si el flujo es claro, acuoso y se asemeja a la clara de huevo cruda, entonces tenemos buenas noticias para ti: es absolutamente normal. La ovulación es la fase más fértil de tu ciclo menstrual, es el momento ideal para tratar de concebir un bebé. En este punto las secreciones vaginales suelen ser claras y muy resbaladizas, pudiendo extenderlas con los dedos alrededor de 1-2 pulgadas sin romperse. Se parecen mucho a las claras de huevo sin cocinar, por eso a menudo se les llama moco cervical clara de huevo.

Debido a su consistencia mucho más delgada, este tipo de descarga facilita la fecundación al permitir que las células de esperma viajen fácilmente por las trompas de Falopio y se unan con el óvulo. La mayoría de las veces experimentarás una mayor cantidad de flujo en comparación con el resto del ciclo menstrual. Eso se debe a la influencia dominante del estrógeno durante la primera mitad de tu ciclo. Una vez que los niveles de estrógeno disminuyen y la progesterona entra en acción, la cantidad de flujo se reduce al mínimo.

A menos que haya otros síntomas anormales, como mal olor vaginal, comezón, inflamación o enrojecimiento, el moco cervical claro y acuoso durante la ovulación es una buena señal.

2. Flujo vaginal amarillo durante la ovulación

Como ya se ha dicho, el aumento en la cantidad de flujo vaginal durante la ovulación es completamente normal, pero nunca debe ser de color amarillo. Condiciones como la infección por levaduras, la gonorrea y la clamidia pueden causar secreción amarillenta, mal olor, picor, hinchazón y enrojecimiento de la vulva, ardor al orinar y dolor durante las relaciones sexuales. Si cualquiera de estos síntomas está presentes, entonces debes programar una cita con un ginecólogo e investigar las causas.

Si solo estás experimentando el flujo amarillo con mal olor es posible que tengas la vaginosis bacteriana, un tipo de infección vaginal que se produce como resultado de cambios en el entorno vaginal normal. Por ejemplo existen productos de higiene femenina que alteran el pH vaginal, causan irritación de la piel y eliminan la mayor parte de bacterias buenas, favoreciendo el crecimiento de patógenos y el desarrollo de infecciones.

Si tienes flujo vaginal amarillo durante la ovulación, no debes intentar eliminarlo mediante una rutina de higiene excesiva, ya que es posible empeorar los síntomas. Lo mejor es acudir al médico y recibir un examen.

3. Flujo vaginal marrón o rosa durante la ovulación

Lo primero que debes hacer al notar la presencia de sangre en tu flujo, es asegurarte de que realmente estás ovulando. Muchas mujeres suelen recordar incorrectamente la fecha en que se produce la ovulación.

Si la fecha corresponde con la ovulación, a continuación debes tratar de recordar el día en que tuviste la  última relación sexual. Si han pasado más de 5-7 días y hubo riesgo de embarazo, entonces la secreción vaginal con sangre puede deberse al sangrado de implantación, que se produce cuando el óvulo fertilizado se incrusta en el revestimiento interior del útero (endometrio).

Recuerda que para quedar embarazada no es necesario tener relaciones justo el día en que vas a ovular, si tienes relaciones sexuales desprotegidas 2-3 días antes de ovular, los espermatozoides pueden seguir vivos y fertilizar al óvulo.

Otras causas de flujo vaginal con sangre o marrón incluyen:

• El sangrado irregular que por lo general se produce si utilizas algún método anticonceptivo hormonal (por ejemplo píldoras anticonceptivas)
• El sangrado poscoital que se produce justo después de una relación sexual
• El sangrado/manchado intermenstrual que se produce en cualquier momento durante el ciclo menstrual.

Ante cualquier duda debes consultar con tu ginecólogo para identificar la causa exacta del flujo marrón.

¿No tienes flujo vaginal durante la ovulación?

La sequedad vaginal es un problema bastante común que está afectando a muchas mujeres. Causada por niveles bajos de estrógeno, la sequedad vaginal significa que la vagina no puede producir suficiente moco cervical, o ninguno en absoluto. Esto no sólo se nota a lo largo de todo el ciclo menstrual, también cuando se tiene relaciones sexuales o cuando se va a ovular.

La falta de flujo vaginal durante la ovulación no quiere decir que la mujer no está ovulando, o que es infértil. Si bien esto puede dificultar la concepción, la mujer todavía puede quedar embarazada si tiene relaciones sexuales durante su período fértil.

La sequedad vaginal puede también ser un resultado del parto, ya que los niveles de estrógeno disminuyen significativamente. Los medicamentos anti-estrógeno para condiciones como fibromas uterinos o la endometriosis también pueden hacer que los niveles de estrógeno disminuyan. Con ayuda de un médico se puede identificar la causa exacta de la sequedad vaginal.

¿Qué puedo hacer para controlar el flujo abundante durante la ovulación?

Como probablemente ya habrás notado, el flujo vaginal durante la ovulación puede ser muy molesto, sobre todo porque la cantidad tiende a aumentar drásticamente en comparación con el resto de tu ciclo menstrual. Aunque realmente no se puede controlar la cantidad, hay algunas medidas que puedes adoptar para que la situación sea menos frustrante.

1. Usa protectores o toallas sanitarias sin perfume para absorber el exceso de humedad y no ensuciar tu ropa interior. Esto puede dar lugar a malos olores, por no hablar de las molestias.
2. No utilices demasiados productos de higiene femenina para eliminar la cantidad de flujo. Utiliza sólo agua y un jabón fresco con pH neutro para mantener tu zona íntima limpia y fresca.
3. Usa ropa interior de algodón. Tu piel necesita respirar y el algodón es uno de los tejidos más transpirables disponibles.
4. No tengas relaciones sexuales de riesgo sin protección, ya que esto aumenta el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual como la gonorrea, la tricomoniasis o la clamidia, y a su vez aumenta el riesgo de sufrir flujo anormal y abundante.

5. Cambia tu ropa interior tantas veces como sea necesario para permanecer seca y limpia. Es aconsejable mantener algunas opciones extra en la cartera para cambiarte mientras estás fuera de casa.