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FLUJO VAGINAL

El moco cervical cómo método anticonceptivo (guía)

Prevenir un embarazo mediante el control del moco cervical es posible, esta técnica es conocida como el método John Billing, el cual se basa en la observación y el seguimiento de la mucosidad secretada por el cuello del útero, conocido como moco cervical o flujo.

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Este método permite a cualquier mujer conocer el momento preciso de su ovulación y, por lo tanto, su período de fertilidad, aunque esta fertilidad puede variar mucho de una mujer a otra. El moco cervical como método anticonceptivo o para programar un embarazo, es perfectamente viable. Descubre paso a paso cómo aprender a diferenciarlo, para deshacerte de otros métodos anticonceptivos perjudiciales para la salud.

Monitorear tu moco cervical, es la clave para el éxito de este método, por lo tanto, antes de ponerlo en práctica para evitar un embarazo, es necesario que comiences unos meses antes a diferenciar la consistencia, la textura y el color de tu moco cervical y lo que cada uno de estos cambios significa durante todo el ciclo.

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Sigue estos pasos para utilizar tu moco cervical como método anticonceptivo.

Después del periodo: entre 5 y 7 días después que comienza tu periodo, tu moco cervical se torna blanco y espeso, este tipo de flujo evita el desplazamiento de los espermatozoides hacia el útero. Por lo tanto, este tipo de moco en esta fase del ciclo, te indica que no corres ningún peligro de quedar embarazada.

Antes de la ovulación: siete días antes de la ovulación, ya entras en un periodo fértil. Tu moco cervical deja de ser blanco y espeso, para convertirse poco a poco en cristalino y elástico. Este tipo de moco ya presenta condiciones óptimas para conservar con vida a los espermatozoides durante unos 5 o 7 días, mientras llega la ovulación. Por lo tanto, durante este periodo tienes un alto riesgo de quedar embarazada.

En la ovulación: 14 días después que comienza tu periodo, el moco secretado por el cuello del útero cambia el pH de la vagina; durante este periodo, es menos ácido y por lo tanto, hace que el ambiente de la vagina sea más hospitalario para los espermatozoides. El propio día de la ovulación, el moco se vuelve viscoso, transparente y sumamente elástico; adopta un aspecto parecido a la clara de huevo, lo cual ayuda a transportar fácilmente a los espermatozoides hacia su encuentro con el óvulo.

Después de la ovulación: dos días después de la ovulación, tu moco vuelve a ser blanquecino o amarillento y espeso; este tipo de moco vuelve a indicarte que no tienes ningún riesgo de quedar embarazada.

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