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FLUJO VAGINAL

“Tengo miedo, no quiero ir al ginecólogo”

Estamos todas de acuerdo en que ir a la consulta ginecológica no es de nuestras actividades favoritas. Acudir al médico en general no es agradable. Si a eso le sumamos cuestiones como la pena, la vergüenza, el miedo y la posibilidad de sentir dolor, es normal que muchas mujeres eviten a toda costa ver a un ginecólogo. Pero eso es un error y hoy te diré por qué.

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La única forma de diagnosticar, y en muchos casos tratar, correctamente los problemas vaginales y ginecológicos es mediante el examen pélvico/vaginal en manos de un especialista.

Muchas mujeres pasan por alto la presencia de síntomas serios durante meses y años, simplemente porque temen o se avergüenzan solo de pensar en el ginecólogo. Lamentablemente deciden ir cuando ya su situación es demasiado grave o el problema ya no es tan fácil de solucionar.

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Quiero que piensen en esto: ¿Realmente vale la pena poner en riesgo la salud, la vida sexual, la fertilidad y el bienestar general por miedo o por pena?

Actitudes como esa han propiciado que la consulta ginecológica tenga una notoriedad peor de la que tiene en realidad. Los exámenes de rutina son completamente indoloros, a veces se puede sentir una ligera molestia, pero no causa dolor. En otros casos, los exámenes o métodos de curación pueden ser molestos, pero no es algo que no podamos soportar. Un detalle adicional es que los exámenes ginecológicos suelen ser muy breves, no duran ni 5 minutos.

Sé que a muchas chicas les avergüenza tener que subirse a esta mesa típica de ginecología y mostrar su zona íntima, pero esa sensación solo dura un instante. En cuanto notes la profesionalidad y el respeto con que se te está examinando, tu pena se esfumará porque sabes que lo estás haciendo para cuidar tu salud.

Desde aquí las exhorto a todas a ser más responsables con su salud ginecológica, especialmente si están notando síntomas inusuales y preocupantes. No tienen que acudir al ginecólogo por cada cosa que sucede, pero las que me leen desde hace tiempo ya tienen una idea de lo que es normal y lo que no. Si necesitan compañía para sentirse más seguras, pídanle a algún familiar, a la pareja o a una amiga que las acompañe.

Por último, las mujeres que están en edad reproductiva, deben solicitar su prueba de Papanicolau cada año, o al menos cada dos años. Este examen es crucial para detectar posibles cambios celulares en nuestro sistema reproductivo. Las lesiones/cambios celulares anormales que se diagnostican a tiempo tienen una alta tasa de curación. Prevenir es mejor que lamentar. Suerte a todas.

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