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FLUJO VAGINAL

Tu vagina es como un tomate. Mantén tu pH vaginal saludable y evita la vaginitis

He querido comenzar el artículo con la frase: tu vagina es como un tomate, para que puedan hacerse una idea de lo ácido que es el medio vaginal. Una mujer adulta en edad reproductiva tendrá secreciones vaginales con un pH aproximado de 3.5 a 5, en el mejor de los días. Esto es bastante ácido en la escala del pH, muy similar al valor que alcanza un tomate. Dicha acidez proviene del ácido láctico producido por los lactobacilos, integrantes fundamentales dentro de la flora vaginal que previene y nos defiende de posibles infecciones/vaginitis.

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En ocasiones sin saberlo podemos estar creando un ambiente ideal para las infecciones vaginales, promovidas por el desequilibrio en el pH.

Una de las maneras menos obvias de crear desequilibrios en el ecosistema vaginal es nada más y nada menos que el jabón. Crecemos con la idea fija de que la vagina está sucia y necesita ser limpiada con jabones y productos perfumados todos los días. Pero la mayoría de las mujeres no se detiene a considerar si esto realmente es necesario. La vagina no necesita jabones ni duchas para oler bien y estar saludable. Obviamente no podemos esperar que tenga un olor floral y encantador; la vagina tiene su olor característico y eso no va a cambiar, lo que sí puede ocurrir es que ese olor típico se convierta en mal olor debido a las alteraciones en su flora normal. Muchos jabones populares pueden tener un pH de hasta 9-10, valores que los acercan mucho más a la lejía que a un tomate. En lugar de usar toda clase de jabones y productos de limpieza íntima, opta por el agua tibia y fresca. En caso de usar jabón, busca alguno que tenga pH neutro y pocos ingredientes. Úsalo solo una vez al día.

Otro factor que afecta la estabilidad del pH es mantener relaciones sexuales sin protección de barrera, o sea, la presencia de semen en el medio vaginal. Por si no lo sabías, el semen tiene un pH alcalino, y lo que necesitamos es mantener la acidez.  En este sentido tengo algunas recomendaciones, por ejemplo trata de orinar después del coito porque eso ayudará a expulsar el semen hacia afuera, evita tener relaciones sexuales desprotegidas con varias personas y opta por el uso del preservativo como método de protección y anticoncepción. También puedes utilizar cápsulas de ácido bórico o supositorios de lactobacilos, unas horas después de tener relaciones sexuales, para restaurar el pH y repoblar las bacterias buenas.

A todo esto suele sumarse un enemigo bastante silencioso: el azúcar. Cuando se tiene una dieta rica en azúcares y carbohidratos refinados, se es más propenso a padecer infecciones crónicas por levaduras y vaginitis. Estos microorganismos usan al azúcar como alimento, por lo que no es de extrañar que proliferen y se salgan de control si existe una dieta rica en tales alimentos. Si el número de hongos aumenta, las bacterias buenas no pueden controlar la situación, no pueden mantener la salud del entorno vaginal y es entonces cuando tienen lugar las infecciones. Es recomendable disminuir al mínimo el consumo de dulces, panes, galletas, bebidas gaseosas y alcohólicas, e incrementar los alimentos más sanos como frutas, vegetales, cereales integrales, frutos secos, yogurt, vegetales encurtidos.

Creo que estas sugerencias pueden ser un buen comienzo para cuidar de tu entorno vaginal, manteniendo un pH en equilibrio y una flora saludable.

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