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FLUJO VAGINAL

¿Qué causa el flujo vaginal?

La llegada de la pubertad puede resultar compleja para muchas chicas. No solo tienen que lidiar con los cambios físicos, también aparecen síntomas como la pérdida de energía, los cambios de humor y el malestar o dolor menstrual cada mes. Por si fuera poco, comienzan a notar otro suceso perturbador, la producción de flujo vaginal.

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Sigue leyendo para conocer el origen de estas secreciones vaginales y cuáles son sus principales variaciones.

Flujo normal diario

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El flujo normal diario puede alcanzar la cantidad aproximada de una cucharadita, o entre 20 y 60 mg, dependiendo de cada mujer. Durante la ovulación esa cantidad puede aumentar tanto como 600 mg. Al igual que otras secreciones corporales, el objetivo del flujo vaginal es expulsar bacterias y células viejas fuera del cuerpo. Es secretado por las glándulas del cuello del útero, suele tener un color blanquecino claro y su densidad es determinada por los niveles de estrógeno durante el ciclo. Por ejemplo es grueso justo después de la menstruación y se vuelve más fluido durante la ovulación para facilitar el paso de los espermatozoides.

Durante el embarazo, asumiendo que no hay complicaciones, el flujo diario sigue siendo del mismo color, blanco claro o lechoso, pero la cantidad se incrementa significativamente para brindar mayor protección al embrión en crecimiento.

higiene vaginal¿De qué se compone el flujo vaginal?

El flujo o moco cervical se compone de grandes proteínas llamadas mucinas y un 93 por ciento de agua. El contenido de agua aumenta durante la ovulación, por eso es más resbaladizo y favorece el paso de los espermatozoides. También contiene electrolitos como calcio, potasio, sodio; compuestos orgánicos como glucosa, aminoácidos, proteínas; minerales como el zinc, cobre, hierro, manganeso, selenio; ácidos grasos, enzimas y prostaglandinas. Durante la ovulación, además de facilitar el movimiento de los espermatozoides, también crea un ambiente alcalino favorable para que sobrevivan. Fuera de la ovulación, el nivel de progesterona es más alto que el nivel de estrógenos, por lo que el flujo vaginal se vuelve más grueso y ácido, desalentando la entrada de los espermatozoides en el útero.

Durante la excitación sexual las glándulas cercanas a la vagina, llamadas glándulas de Bartolino, añaden una descarga adicional para funcionar como lubricante y favorecer la entrada del pene. Esto puede causar secreción vaginal excesiva. Dicho fluido lubricante contiene aldehídos, piridina, escualeno, urea, ácido acético, ácido láctico, alcoholes complejos, glicoles, cetonas y agua. Es ligeramente ácido para matar gérmenes, pero curiosamente no es propicio para los espermatozoides.

Flujo vaginal con manchas

A veces el flujo regular puede contener manchas de color marrón o rosa por la presencia de sangre. Cada ciclo la menstruación comienza por una caída en los niveles de estrógeno, pero durante la ovulación se produce una caída similar. Esto confunde al útero, quien puede iniciar un proceso de mini-menstruación en la mitad del ciclo, cuando en realidad faltan aproximadamente dos semanas para que comience el período. Este suceso se conoce como manchado o sangrado de ovulación.

También es común entre las adolescentes experimentar una secreción de color marrón claro u oscuro antes de su primer ciclo menstrual, como resultado de eliminar las células viejas del útero.

El flujo vaginal con manchas puede ocurrir en el inicio del embarazo, durante el proceso de implantación. El óvulo fecundado se implanta sobre la pared del útero, causando una pequeña hemorragia por la ruptura de vasos sanguíneos cercanos.

Durante una relación sexual brusca, sin suficiente excitación o lubricación femenina, puede producirse una secreción con rastros de sangre. En este caso la penetración daña las paredes vaginales y crea micro-lesiones, que demoran uno o dos días en sanar.

Varias enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo la tricomoniasis, la clamidia, la gonorrea, o la enfermedad inflamatoria pélvica como resultado de ellas, pueden causar una serie de molestias vaginales, incluyendo la inflamación de los órganos reproductivos. Esto aumenta la susceptibilidad a sufrir hemorragias durante el acto sexual y por tanto, la probabilidad de tener flujo vaginal con manchas de sangre. Lo mismo ocurre en presencia de pólipos vaginales, verrugas genitales y vaginitis atrófica (encogimiento de los tejidos vaginales debido a la falta de estrógeno).

Flujo vaginal amarillo

El flujo normal de cada día puede tornarse amarillento cuando se expone al aire, por ejemplo en la ropa interior. Pero el color amarillo también es una clara señal de que existen bacterias, se debe a la acción de las células blancas de la sangre eosinófilos y neutrófilos para combatir una infección. Algunas secreciones amarillas pueden verse teñidas de verde, el color verde se debe a la presencia de glóbulos blancos muertos.

Las infecciones vaginales que generalmente causan flujo vaginal amarillo son la tricomoniasis, la clamidia, la gonorrea y en algunos casos la vaginosis bacteriana (generalmente el flujo es turbio, grisáceo).

Flujo vaginal verde

El flujo verde aparece como un signo de infecciones crónicas. El color verde no se debe a las bacterias, sino a los glóbulos blancos muertos que luchan contra la infección. Los neutrófilos de la sangre liberan un pigmento verde llamado verdoperoxidases.

La presencia de cualquiera de las siguientes infecciones puede desencadenar descargas vaginales verdosas: tricomoniasis, verrugas vaginales, gonorrea, clamidia.

Flujo vaginal blanco

Normalmente el flujo tiene una coloración blanquecina clara, e incluso blanca lechosa, pero un flujo vaginal muy blanco y grumoso como queso cottage suele indicar la presencia de una infección por levaduras. El crecimiento excesivo del hongo Candida albicans es la causa más común, lo cual se produce como resultado de un desequilibrio en la flora vaginal.

Otra infección que puede causar flujo blanco anormal es la vaginosis bacteriana, aunque casi siempre el color es más amarillento o gris. Su rasgo distintivo es el mal olor vaginal, como a pescado.

No tengo flujo vaginal anormal, pero tengo picazón

Veamos algunas condiciones que provocan picor vaginal, pero no necesariamente flujo anormal.

  1. Alergia de la piel: puede ser provocada por el uso de ciertos productos, por ejemplo algunos tipos de jabón.
  2. La infección fúngica de la piel: la tiña inguinal es un tipo de tiña que se desarrolla en la vagina. Puede causar picazón, pero a diferencia de la infección por levaduras, no genera cambios en la producción de flujo.
  3. La dermatitis seborreica y la psoriasis: pueden causar picor intenso y descamación en la piel alrededor de la vagina.
  4. La sarna: es causada por ácaros que se introducen bajo la piel. La picazón empeora por la noche.
  5. Los piojos púbicos: pueden unirse a los pelos del pubis e infectar la vagina.
  6. La distrofia vaginal: esta es una enfermedad causada por la deficiencia de vitamina A, B2 y B12, hierro y ácido fólico.

No tengo flujo anormal, pero tengo mal olor en la vagina

La vagina tiene su olor peculiar, haya infección o no. La diferencia está en la intensidad y lo desagradable del ese olor. A veces el olor se torna más fuerte simplemente por un exceso de sudor, por el uso de tejidos no transpirables en la ropa interior o por el momento del ciclo en que nos encontramos. Pero la presencia de un olor notablemente fétido indica la presencia excesiva de bacterias y probablemente de una infección.

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