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FLUJO VAGINAL

Sofocos y sudores nocturnos

Los sofocos y los sudores nocturnos son sensaciones repentinas de calor, que suelen ser más intensas en la parte superior del torso. Son muy comunes durante la menopausia, pero pueden presentarse cuando existen ciertas condiciones médicas y desequilibrios hormonales. La frecuencia con que ocurren los sofocos y sudores varía de una mujer a otra, pero generalmente desaparecen en pocos minutos.

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¿Qué causa los sofocos y sudores nocturnos? Entre los factores que se asocian a estos síntomas podemos mencionar los cambios en la capacidad del cuerpo para regular la temperatura y las variaciones hormonales femeninas (estrógeno) durante la transición a la menopausia. El hipotálamo puede desestabilizarse debido a los cambios en los niveles de estrógeno.

Una disminución en los niveles de estrógeno tiene un efecto directo sobre el hipotálamo. Al intentar enfriarte, se originan una serie de eventos, incluyendo la dilatación de los vasos sanguíneos para liberar calor, lo cual se siente como un destello caliente y provoca que las glándulas sudoríparas produzcan transpiración. De ahí que la mujer pueda despertar acalorada y sudada, con latidos acelerados y ansiedad.

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¿Qué puedes hacer para manejar estas molestias? Alrededor del 80% de las mujeres que llegan a la menopausia experimentan algunos sofocos y sudores nocturnos. De esas mujeres, entre el 15% y el 20% pueden tener síntomas lo suficientemente graves como para requerir medicación prescrita por su médico. Pero también hay otras medidas que pueden ser muy útiles.

Respira profundamente. Inhala lentamente por la nariz durante 5 segundos y exhala lentamente por la boca durante 5 segundos. Respirar profundamente calma el sistema nervioso y mejora la circulación. Practicar esta habilidad te permite usar uno de los mecanismos de auto-sanación más fuertes de tu cuerpo.

Mantente cómoda. Garantiza una buena ventilación en tu dormitorio para mantenerte fresca. Considera usar pijamas de algodón, ya que eliminan cualquier humedad de la piel.

Realiza yoga. Algunos estudios han encontrado que las mujeres posmenopáusicas que tienen más de tres sofocos, de moderados a severos, por día, tienen una disminución en el número de eventos, así como en su intensidad cuando comienzan a tomar clases de yoga. El yoga se centra en relajar el cuerpo mediante posturas, que debes mantener entre 5-10 minutos para lograr un buen estado de relajación.

Controla tu peso. Los estudios también han encontrado que las mujeres con sobrepeso a menudo tienen más sofocos y sudores nocturnos que las mujeres que tienen un peso saludable. El exceso de grasa atrapa el calor, lo que hace que tu cuerpo sude más con el fin de enfriar los vasos sanguíneos.

Incluye soja en tu dieta. Los fitoestrógenos son compuestos derivados de las plantas que se unen a los receptores de estrógeno e imitan algunos de sus efectos en tu cuerpo. Consumir alimentos como el tofu, el miso y la ayudan a reducir el riesgo de síntomas menopáusicos y pueden protegerte de los sofocos y sudores. Pueden ser una alternativa natural a la terapia de reemplazo de estrógeno.

Considera la terapia hormonal menopáusica. Para aliviar los sofocos y sudores nocturnos, algunas mujeres usan hormonas durante la menopausia. Esto se conoce como terapia hormonal menopáusica o terapia de reemplazo hormonal. Nota importante: una mujer cuyo útero ha sido extirpado puede utilizar sólo estrógenos, pero una mujer que todavía tiene el útero debe combinar estrógeno y progesterona.

Otros consejos para aliviar los sofocos y sudores nocturnos

  • Dejar de fumar: las mujeres fumadoras ​​tienen cuatro veces más probabilidades de experimentar sofocos que las que no lo hacen.
  • Disminuye la temperatura: deja que el aire circule y baja la temperatura de la habitación donde te encuentres.
  • Mantente hidratada: bebe muchos líquidos diariamente y mantén una bebida cerca de tu cama cuando te acuestes, de modo que puedas aliviar tu sed rápidamente durante la noche.
  • Evita los desencadenantes: evita la cafeína, el alcohol y los alimentos picantes porque pueden incrementar los episodios de sofocos.

¿Puede ser algo más?

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  • Tumores pancreáticos y otros tumores secretores de hormonas: Las células pancreáticas crean y liberan hormonas que mantienen nuestro cuerpo funcionando correctamente, pero si existen condiciones o tumores pancreáticos estas hormonas pueden verse afectadas, provocando toda clase de síntomas, incluyendo los sofocos.
  • Enfermedad de la tiroides: Algunas mujeres con síntomas menopáusicos podrían estar sufriendo de una enfermedad tiroidea no diagnosticada o el cáncer de tiroides. Aunque los síntomas como depresión, fatiga y trastornos del sueño a menudo se asocian con la menopausia, también podrían ser signos de hipotiroidismo.
  • Incremento de adrenalina: Cuando te expones a un estrés súbito o una amenaza, la oleada de adrenalina que experimentas es el resultado de la liberación de las hormonas epinefrina y norepinefrina, lo cual puede sentirse similar a un sofoco. La presencia de un evento que desencadena estrés es una manera de diferenciar un sofoco por adrenalina de un sofoco inducido por la menopausia.

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