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FLUJO VAGINAL

¿Qué son los fibromas uterinos? Sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Varias lectoras y pacientes me han estado preguntando acerca de los fibromas y sus síntomas. Es cierto que en publicaciones pasadas hemos mencionado a los fibromas como posible causa de determinados síntomas femeninos, pero no habíamos dedicado un artículo a hablar sobre ellos exclusivamente.

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Comencemos explicando qué son los fibromas uterinos. En pocas palabras, los fibromas o miomas son bultos o masas de tejido que crecen en el útero, ya sea en su capa interior o en su capa exterior; aquellos que crecen en la capa exterior son los responsables del típico síntoma de agrandamiento del vientre. Los fibromas suelen ser más comunes entre las edades de 30 y 40 años, pasando totalmente inadvertidos en muchos casos debido a la ausencia de síntomas. Por lo general son diagnosticados entre los 40 y 50 años.

Un dato importante que suele confundir y atemorizar a muchas mujeres es la naturaleza de estos bultos; los fibromas no son cancerosos, de hecho en la mayoría de los casos se dejan sin tratamiento, a menos que estén causando síntomas muy intensos o estén afectando la salud ginecológica de la mujer. Son tumores benignos, formados por tejido fibroso y tejido muscular.

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Posibles causas de los fibromas uterinos

Todavía la ciencia médica no ha podido sacar una conclusión definitiva sobre el origen de los fibromas; lo que sí se sabe con certeza es que pueden aumentar de tamaño bajo la influencia de las hormonas estrógeno y progesterona. Es por esto que los fibromas tienden a encogerse una vez que ha llegado la menopausia. Cuando se ha dejado de menstruar, el cuerpo ya no produce la misma cantidad de esas hormonas y por tanto el crecimiento se ve frenado. Muchas fuentes indican que no se tienen registro de incidencia de los fibromas antes de la pubertad. (Te puede interesar: Hormonas del ciclo menstrual)

Esto también explica por qué algunas mujeres pueden desarrollar fibromas durante el embarazo, ya que en esta etapa los niveles de estrógeno y progesterona están más elevados de lo normal. Y aquí aprovecho para hacer otra aclaración sobre una de las preguntas más frecuentes: tener un fibroma no es necesariamente un obstáculo para la evolución del embarazo. Lo que sí es cierto es que pueden aparecer complicaciones, como el aborto involuntario, el parto prematuro, hemorragias.

Una última causa sugerida es la herencia familiar. Algunos estudios han demostrado que cuando la mujer tiene algún caso de fibromas uterinos en su familia cercana, por ejemplo abuela, madre, tía, entonces es más probable que desarrolle fibromas en algún momento de su vida.

Algunas investigaciones plantean que las mujeres de raza negra son más propensas a desarrollar fibromas, así como aquellas que presentan otras anomalías uterinas, por ejemplo la endometriosis.

¿Cuáles son los síntomas comunes de un fibroma uterino?

Como mencionaba anteriormente, los fibromas pueden permanecer durante años sin causar síntomas, o pueden causar síntomas leves, por ejemplo períodos menstruales más duraderos y abundantes de lo normal. Sin embargo hay casos en los que estos tumores alcanzan un tamaño tan grande que pueden llegar a sangrar o presionar otros órganos cercanos. En este punto es normal que la mujer comience a notar síntomas más evidentes, como períodos muy prolongados (menorragia), calambres menstruales intensos, sangrados entre períodos (metrorragia), sensación de plenitud, peso o presión en el vientre, agrandamiento del vientre, molestias o dolor durante las relaciones sexuales, necesidad frecuente de orinar, dolor lumbar, anemia, dificultad para quedar embarazada, entre otros. (Ver: Trastornos menstruales: Oligomenorrea / menorragia / metrorragia / amenorrea)

¿Cómo se diagnostican los fibromas uterinos?

En el diagnóstico de los fibromas uterinos intervienen varios exámenes y pruebas. Los dos pasos básicos son el examen pélvico y lo valoración de los síntomas que presenta la paciente. En el examen pélvico, el médico puede determinar si el tamaño y la consistencia del útero son anormales, por ejemplo si hay una consistencia fibrosa o dura.

Otra prueba fundamental para confirmar la sospecha de fibromas uterinos es la ecografía, que permite observar la cantidad de fibromas, su tamaño, el lugar donde están creciendo. Existen otras pruebas de diagnóstico basadas en imágenes, como la histerografía para observar el aspecto de la cavidad uterina, y la histeroscopia para diagnosticar posibles fibromas submucosos. El médico también puede indicar análisis de sangre para detectar anemia u otros problemas de salud.

Tratamiento médico de los fibromas uterinos

Cuando la mujer no está experimentando molestias, los médicos recomiendan no hacer nada al respecto. Solo será necesario chequearlos para comprobar si han aumentado de tamaño. Acudir a la consulta ginecológica anual es una buena forma de saber si han evolucionado o si se mantienen igual. (Ver: Todo lo que quieres saber sobre el examen ginecológico anual)

Si los síntomas más significativos son el dolor y sangrado menstrual abundante, se suele recurrir a los medicamentos de venta libre o en algunos casos al tratamiento hormonal con píldoras anticonceptivas. Estas opciones pueden aliviar los malestares y hacer que los períodos sean más ligeros. En casos de anemia, el médico suele indicar un tratamiento basado en suplementos y una dieta que potencie los alimentos ricos en hierro, por ejemplo las carnes, los frijoles y las verduras de hoja verde.

Pero si los síntomas son muy fuertes o la presencia de los fibromas está causando trastornos/complicaciones, es preciso recurrir a otras opciones de tratamiento más radicales, como la cirugía. Existen diferentes tipos de cirugía; la elección dependerá de varios factores, como la edad, el tamaño de los fibromas, el lugar donde se encuentran y si la mujer desea tener hijos o no en el futuro. Por ejemplo si la mujer desea quedar embarazada o simplemente desea conservar su útero, se elige el tratamiento quirúrgico conservador, es decir, se extirpa el fibroma pero se respeta el útero (miomectomía). Hay que resaltar que esta vía no siempre funciona, los fibromas pueden volver a crecer. Lo mismo puede ocurrir en los casos que se realiza el procedimiento llamado embolización de fibromas uterinos para reducir su tamaño. No es una cirugía, la mayoría de las mujeres se sienten mejor muy rápido, pero los fibromas pueden volver a crecer.

Si un fibroma está causando complicaciones graves para la salud de la mujer, se puede valorar la cirugía para extraer el útero o histerectomía. Es la única forma de asegurarse de que los fibromas no vuelvan a aparecer. Obviamente esta alternativa impide quedar embarazada en el futuro, por lo que debe ser una decisión consensuada entre la paciente, su familia y el doctor. (Ver: ¿Qué puedes esperar después de una histerectomía?)

Hasta aquí he hecho un resumen de la información que me preguntan en sus comentarios y consultas acerca de los fibromas uterinos. En una próxima publicación seguiré aportando detalles sobre este tema, específicamente sobre la prevención y el alivio de los síntomas más comunes.

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